Por la Ruta de los Himalayas. Rumtek

La carretera que conduce al Centro Dharma Chakra de Rumtek está llena de vehículos aparcados a ambos lados: taxis, rickshaws y hasta un minibus, un hecho inusual en todo lo que llevamos de ruta por Sikkim.


Dos pilares inmensos soportan una traviesa de madera trabajada con motivos budistas: es la puerta de entrada al complejo monástico. Pero a los visitantes no se nos permite entrar por aquí, hemos de hacerlo por una pequeña puerta, atravesando una garita militar donde debemos inscribir nuestros datos personales, el número del visado de entrada a India y el número del permiso de Sikkim. Además, tenemos que mostrarlo a los militares, que lo escrutinan sin bajar la mano del kalashnikov.


Superados los trámites, una camino de subida nos lleva al templo. Arriba, otra puerta vigilada nos cierra el paso al gompa: hemos de pasar el control de metales. Finalmente entramos en el patio, donde los adoquines lucen bajo los rayos de sol. Sólo cuando salimos del ángulo que nos cega, podemos contemplar el monasterio. Es una construcción nueva de cuatro alturas levantadas en forma de terrazas. En el balcón de la primera planta, dos militares vigilan, uno en cada extremo, como si fueran francotiradores. Hay otros repartidos por todo el recinto, vigilando puertas y jardines. La memoria se me nubla cuando trato de recordar el monasterio de Rumtek. No veo el gran Buda Sakyamuni, ni el trono gigante de Su Santidad el Karmapa, ni la sala de oraciones. Los recuerdos no alcanzan las aulas, ni la biblioteca, ni las salas de estudio; sólo recuerdo a los militares, “guardando” el recinto con sus kalashnikov colgados del brazo.


Rumtek es el templo del Gyalwa Karmapa, el guía espiritual del budismo tibetano y la tercera figura en importancia detrás del Dalai Lama y del Panchen Lama. En la actualidad, Ogyen Trinley Dorje, de tan solo 23 años, ostenta el título de Su Santidad el XVII Karmapa. Lo hace en Dharamsala, ya que cuando tenía 16 años se exilió del Tibet a la India, lo que supuso un duro revés para los intereses chinos. Por temor a su vecino chino, los militares del ejército indio vigilan día y noche sus movimientos, para "garantizar su seguridad". Pero se especula que el gobierno indio pretende evitar que el Karmapa entre en el monasterio de Rumtek y reclame su lugar y su patrimonio que, casualmente, es de un valor económico importatísimo.


Y yo me pregunto: Mientras Ogyen no pueda acceder a su monasterio... ¿Quién se está beneficiando?


Fotografía superior: Monasterio de Rumtek, Gangtok, Sikkim (India)
Fotografía inferior, extraída del blog personal de S.S.XVII Karmapa

1 comentario:

moncho dijo...

Hola Nuria, gracias por tu visita. Yo también te agrego. Nos leemos!