Por la Ruta de los Himalayas. Enchey Gompa

El potente desayuno del Oberoi’s Barbique Restaurant nos da las fuerzas necesarias para este día de visitas por Gangtok. Varias agencias locales ofrecen tours por la ciudad y sus alrededores, pero elegimos contratar un taxi para visitar aquéllo que queremos.

El pequeño Tata rojo se dirige montaña arriba hacia el Enchey Gompa. Desde aquí, las vistas son fantásticas. El monasterio tiembla con el griterío de los escolares que hoy también van de visita. Un hormigueo exaltado de jerseys azules hace rodar los molinillos de oración que escoltan el camino. Dentro del recinto, novicios sin pelo corren por el patio repartiendo te entre los monjes mayores. Otros ponen cebollas a secar. Una gran estatua del Buda Sakyamuni preside el templo principal. Las ofrendas que ha recibido son las más cuantiosas que hayamos visto hasta ahora: ollas con arroz hervido aromatizado, plátanos, manzanas, galletas, snacks, especias, figuritas de mantequilla... Hay tantas que llegan hasta la entrada; se diría que esperan en fila la bendición del Buda histórico.

Cuando los escolares terminan la visita, una dulce tranquilidad impregna la penumbra del templo. Saco mi bloc para dibujar lo que veo. Apoyada en la puerta para aprovechar mejor la luz, gasto un buen rato haciendo trazos sobre el papel. Dos niños-monje curiosos saltan por detrás de mi espalda. Terminado el dibujo, me agacho hasta su altura y se lo enseño. Rien, y siguen con el dedo los garabatos, dándoles nombre: esto es arroz, esto son plátanos, esto manzanas, y galletas, y snacks, y especias, y chotpa...



Fotografía: Enchey Gompa, Gangtok, Sikkim (India)

1 comentario:

Mar Romera dijo...

Ufff, ganas entran de ir a la zona con tus magnificos relatos.

Qué pena no contar con más tiempo para poder descubrir las maravillas que hay por el mundo.

Un beso.