Por la Ruta de la Seda. Monasterio Kumbum (Taer Si)

No fue tan fácil localizar la parada del autobús que nos debía llevar a Kumbum. Nuestro plano era legible, pero los rótulos indicativos de la ciudad estaban escritos en indescifrables símbolos chinos. Además, el gobierno había rebautizado el monasterio con el nombre chino de Taer Si, pero daba igual decirlo así como decir Kumbum, nadie nos entendía.

De repente, en la lejanía de una avenida de cuatro carriles, dos figuras resurgieron de entre la bruma matinal como espectros silenciosos. Con el paso decidido y la mirada baja, caminaban ajenos al griterío y a los humos enfermizos. Llevaban ropa ancha, el cabello atado con dos trenzas, el abrigo andrajoso. Ni siquiera la forma extraña en que llevaban la manga –anudada con el cinturón- consiguió arrancar una mirada entre la multitud. Sólo la nuestra: esta pareja tibetana nos guiaría hasta el monasterio.

El autobús nos dejó en la ciudad de Huangzhong. Una vez allí, el caminar anónimo de los tibetanos dejó atrás paradas de coles y zanahorias y avanzó hacia la puerta principal del complejo monástico.

Kumbum es uno de los seis grandes monasterios de la secta de los Sombreros Amarillos del budismo tibetano. Fue construido en 1557 en un lugar considerado sagrado y ha sufrido el hacha de la Revolución Cultural. Hoy en día está reconstruido y las familias tibetanas acuden en peregrinación para realizar la kora o circuito ritual alrededor de los templos.

La gran plaza empedrada da la bienvenida a los visitantes, luciendo una gran hilera de estupas, blancas como la cal. A su sombra, un grupo de mujeres juegan con sus hijos. Visitamos los templos siguiendo el camino que nos marca el aroma del incienso. Quema aquí y allá en pequeñas urnas o en el tallo de los abetos. El complejo es fascinante. Las salas de oración están decoradas con telas rojas y magníficos thangkas. Una gran escultura muestra un paisaje lleno de templos, pagodas y figuras humanas y de animales. Nos informan que está hecha con mantequilla de yak. La pareja tibetana que nos había traído hasta aquí también lo admira, y continúa después con su oración imperturbable, al ritmo del mantra eterno: om mani padme om.

Foto: Monasterio Kumbum, Antiguo Tibet (Xining, Qinghai. China) Cedida por www.mesenlla.com

Enlaces relacionados:

Blog Mesenlla, Monasterio Kumbum

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuantos recuerdos. Me ha encantado lo que has escrito. Te sigo.

fan dijo...

¿Kundum no es el título de una película de Scorsese sobre el budismo ? ¿ Se rodó aquí?

Núria Borràs dijo...

El título de la película es "Kundun", que significa "presencia" o "personalidad", refiriéndose al Dalai Lama respetuosamente. Parece ser que fue rodada en Ouarzazate, en Marruecos (donde se rodó también La Momia y muchas otras) pues en el Tíbet no estaba permitido rodar.

Saludos!